Diócesis de Cartagena

Experiencia 1

Enviada por Juan el 14 de mayo de 2013:

El proceso para apostatar a través de la Diócesis de Cartagena, que engloba a todos los municipios de la Región de Murcia, es básicamente el que se describe en esta web como proceso genérico con 5 pasos. El delegado del obispo para la apostasía en esta diócesis es amable, aunque mejor no entrar en detalles sobre por qué apostatas porque te soltará discursito eclesiástico antigays, antiaborto, anticondones, antitodo. Mi consejo: salúdale, dile que tienes prisa y firma cuanto antes. ¡Y enhorabuena! Ya estás fuera.

Experiencia 2

Enviada por Ismael el 6 de septiembre de 2013:

Yo ya tenía intención de apostatar antes de cumplir los 18, sin embargo, debido a la negativa de mis padres, y dado que cuando cumplí los 18 estaba liado con la Selectividad no pude hacerlo hasta ahora.

A mediados de Agosto decidí finalmente mandar la carta, la cual mandé sin la partida de bautismo para ver «si colaba». A la semana, tal y como decía la página, llamé para concertar la cita, sin embargo, me dijeron que estaban de vacaciones y que volviera a llamar en Septiembre.

Así hice, y me dijeron que hacía falta la partida de bautismo, a la vez que, tras decir que me sería imposible a partir de la semana siguiente, me dieron cita para unos cuantos días después.

Así pues, encargué la partida de bautismo, la cual recogí el día antes de la cita. Me cobraron 10€ por ella.

Una vez llegado el día, estaba algo nervioso, tanto que llegué a la sede episcopal con más de media hora de adelanto, con lo que pasé el rato en un bar hasta que quedaron como 5 minutos para la cita. Una vez allí, pregunté por la persona que me dijeron que preguntara y me dijo que estaba atendiendo a una señora, y cuando saliera podría entrar. Esperé 5 minutos y me guió hasta donde estaba el despacho del delegado del obispo, el cual me estaba esperando fuera de su despacho.

Nos saludamos, y entramos al despacho. Allí dentro leímos el papel en el que constaban las consecuencias de la apostasía, que no se borrará el nombre en el libro, sino que se escribirá la nota al margen del libro, etc. y lo firmé. Tras eso leímos la declaración misma sobre la renuncia de la fe, la cual rellenó él a mano dado que le faltaba la partida bautismal y no pudo rellenarla antes. La leímos igualmente y firmé. De ambos documentos firmé dos copias de las cuales me quedé una de cada.

Tras aquello, estuvimos hablando un rato, desoyendo el consejo que se da en esta página, y me preguntó por el motivo. Se lo dije, y no insistió, me dijo que no intentaría convencerme, dado que la decisión ya la había tomado, y por tanto, no intentaría impedirme hacerlo, sino todo lo contrario, me dijo que era libre de hacer lo que quisiera, y que si realmente no creía en Dios, que lo hiciera. Tras eso estuvimos hablando de otras cosas varias, como detalles que no entendía de la Selectividad, algunos filósofos, sobre los medios de comunicación… Charla que duró como media hora, la cuál me resultó muy agradable.

Tras eso nos despedimos y me dijo que si le necesitaba ya sabía donde encontrarle.

Remarco la amabilidad del delegado del obispo, ya que, irónicamente, fue la persona que más me apoyó con mi decisión, teniendo el rechazo prácticamente total de mi familia, la cual se negaba a que hiciera tal acto, alegando que no servía para nada y que perdería el tiempo.

Empiezo de este modo curso con la conciencia tranquila y un peso menos.

Experiencia 3

Enviada por Sol el 18 de febrero de 2014:

Pues la verdad es que siempre he querido apostatar pero me decidí definitivamente cuando se aprobó la Ley del Aborto y demás. Algunos amigos, pocos, ya lo habían intentado y me comentaron que era muy pero que muy complicado, y que además se servían de la burocracia para desalentarte y finalmente desistir. Aquello no me detuvo, ya que en aquel momento estaba en paro y pensé que, al fin y al cabo, tenía todo el tiempo del mundo.

Menuda sorpresa cuando he descubierto que ha sido mucho más fácil de lo que todos me decían. Simplemente seguí los famosos 5 pasos, que no vi en esta web sino en la de las feministas (http://www.feministas.org/spip.php?article230), y este viernes tengo ya la cita con el canciller secretario para firmar mi declaración y… LISTO!

Se lo recomiendo a todo el mundo. Desde que decidí apostatar mi vida es mucho mejor 😉

Experiencia 4

Enviada por Jorge Nicolás el 25 de julio de 2015:

A pesar de mi comunión y confirmación, con la madurez mental cambié de opinión y, tratando de ser coherente con lo que siento y pienso, tanto en éste aspecto vital como en otros, decidí apostatar.

He de decir que no ha sido para nada pesado, difícil o traumático:

-Pedí una partida de bautismo en la parroquia donde me bautizaron, por la que pagué 10€. Suelen aconsejar que ocultes la verdadera razón y digas que vas a casarte o similares para ahorrarte posibles trabas o discursos:
Yo no mentí, fuí honesto y respetuoso, igual que lo fué el párroco conmigo.
-La he presentado a la diócesis correspondiente junto con un escrito de renuncia que se puede encontrar fácilmente en internet en muchos tipos de páginas. Se puede hacer presencialmente o por correo.
Yo utilicé éste: http://www.feministas.org/IMG/pdf/mod_doc_apostasia_pr_2009.pdf
-El único paso más «complicado» ha sido poder cuadrar agenda con el delegado del obispo para la entrevista definitiva en la que se firma el papel oficial (ambos, delegado y tú) de renuncia a la iglesia y fé católica.

Recuerda, no hace falta ser ateo o agnóstico para apostatar.
Si quieres ser coherente y piensas que una acción, aunque pequeña, puede cambiar algo, apostata de la iglesia católica.
Ni cumple, ni apoya, ni promueve los valores cristianos.
Incluso dejando de lado los argumentos económicos, filosóficos o teológicos, apoyar a una institución genocida y discriminatoria es incongruente con la moral, cristiana o no.

Experiencia 5

Enviada por María S. el 3 de septiembre de 2016:

Llevaba un tiempo queriendo apostatar, y aproveché las vacaciones de verano para lanzarme.

Consulté apostatar.org y el documento y la fotocopia compulsada del DNI fueron la parte más fácil, porque la parroquia donde tenía que solicitar la partida bautismal tenía un horario muy reducido. Cuando por fin logré verme con el párroco, dije que la necesitaba para casarme en otra Comunidad Autónoma, y, aunque me dijo que se podía hacer un “traslado de expediente” a esa Comunidad, le insistí en que prefería tener la partida yo. Me cobró 10€ que no quedaron reflejados en ningún sitio por el documento.

Después fui al Obispado con todos los papeles y no conseguí que me dieran cita directamente. El secretario del Obispo me dijo que debía esperar a que llegara una carta a mi casa, y, solamente entonces, llamara para pedir cita pero como ya estábamos a finales de julio y pillaba agosto de por medio, tendría que ser para septiembre.

A la semana, como no llegó la dichosa carta, llamé y concerté la entrevista con el Delegado del Obispo para los primeros días de septiembre. Inmediatamente me reconocieron al teléfono por mi nombre, como si fuera la única persona en ese momento que estaba haciendo el trámite. Al día siguiente, me llegó un sms confirmando la cita y la hora para el día que acordamos.

Cuando llegó el día, no hubo ningún problema. El Delegado me hizo leer la carta que no llegó a mi domicilio, y en ella se explicaban las repercusiones que tenía mi abandono de la fe cristiana, como que no podía ser madrina de un bautizo o confirmación, que perdía derecho a las exequias, etc. Al leerla y confirmar mi deseo de renunciar a la fe, el Delegado fue muy cortés y rápido, me dijo algo como que “estaban muy tristes de que me marchara”, pero que si sentía la llamada del Señor y decidía volver, “me acogerían de nuevo con los brazos abiertos”. Firmamos la Declaración Formal de Abandono de la Fe Católica, y salí con ella bajo el brazo.

Ahora solo me queda esperar la actualización del libro de bautismo en mi parroquia, donde pondrán que apostaté junto al registro, y me notificarán de que el cambio se hace efectivo por correo ordinario en las próximas semanas.

Experiencia 6

Enviada por Mariano J. Mayans Sampietro el 26 de febrero de 2018:

Aunque nací en la Ciudad de Cartagena (Murcia) en el año 1945, a los cuatro años de edad mi familia se traslada a Palma de Mallorca (Illes Balers) y, cuando ya estaba más que decidido a APOSTATAR, tuve la enorme suerte de encontrar esta página. Por circunstancias de la vida, y tras haber visto que en la Iglesia Católica lo único que vi era ostentación, hipocresía y mucho fariseismo, decidí presentar mi apostasia y, debo decir que, con gran sorpresa, recibí en el plazo de aproximadamente un mes, escrito de la Diócesis de Cartagena en la que me comunicaban «me habían aceptado» mi tan ansiada renuncia de pertenencia a una entidad para mí nada agradable ni convincente como es la Iglesia Católica.
Estoy animando a mis amigos que se califican como «agnósticos» a que hagan como hice yo. ES UN DERECHO CIVIL Y CONSTITUCIONAL nuestro, como españoles, al que NADIE, incluso la Iglesia Católica, ni ninguna otra, puede oponerse.

Experiencia 7

Enviada por Nico el 6 de septiembre de 2020:

Sin contratiempos. Pedí la partida de bautismo, el cura me dijo que 10€, así que le pedí factura. Como se puso chulo me vine arriba y amenacé con llamar a la policía si no me daba factura, así que al final no tuve que pagar nada. Con eso, el documento rellenado y la fotocopia compulsada me presenté en el obispado, tomaron nota y en unos días me llamaron para que fuese (pantalla final del juego).Me dijeron si estaba seguro de la desgracia que me iba a hacer, que no podría llevarme ninguna hostia más ni participar en ninguno de sus circos (ahí se me escapó una lagrimita de la emoción). Confirmé, me dieron un justificante para mis papis y listo.

Experiencia 8

Enviada por anónimo el 3 de junio de 2022:

Hola, quería compartir mi experiencia apostatando en la Diócesis de Cartagena para que más personas puedan hacerlo de decidirse a ello, ya que creo que será la más reciente. Yo no voy a dar razones, me limitaré a lo que hice y cómo, esperando que a los que vayan detrás de mí les resulte más sencillo. Solo aclaro que soy de Murcia, por lo que las gestiones las hice cara a cara con las personas del palacio episcopal de la plaza de la Catedral de Murcia. El día 10 de mayo ya había reunido toda la documentación necesaria, usando el formulario de esta misma página. Aclaro que, en mi caso, tuve que mentir para obtener mi copia de bautismo, porque en la iglesia que me tocaba (el Carmen) el cura (actual tesorero de la diócesis o no sé qué) es bastante insufrible, y me clavó 10€ y tres paseos a la dichosa iglesia para conseguir una cutre copia genérica (ahora rellenan un PDF y te lo dan tal cual). Yo me doy por contenta, creedme, y si alguien tiene que ir ahí, yo recomiendo que diga que es para un sacramento o meterse en una cofradía para que no te echen charlas. En fin, en cuanto al formulario de la web, adelanto que no es necesario, al menos ahora: allí me hicieron rellenar un NUEVO DOCUMENTO (que yo desconocía, al menos) al momento donde tenía que poner mis datos y lo que solicitaba, la apostasía, con los documentos que adjuntaba para ello: copia del DNI, del certificado de bautismo, y la solicitud de la página web. Por cierto, LLEVAD COPIAS SI PODÉIS, porque no las miran y no dan copia de nada. Dejé mi firma para el tratamiento de mis datos y me fui tal cual. Tampoco comprobaron que llevara copias u originales, por eso lo digo, aunque esto fue en mi caso, no sé en el futuro si se fijarán más. Pues ya con toda la documentación rellenada, y aún en el despacho de la Secretaría General, pregunté si tenía que hacer algo más, ya que por la pandemia no sabía si tendría que pedir cita con alguien o tendría que ser a distancia. El hombre que estaba allí me dijo si prefería que el obispo me contestara por teléfono o por email, y dije que si no hacía falta nada más que esos papeles, que fuera por email (ya que vivo con mis padres y no quería que esto se supiera hasta estar formalizado). Pues bien, CUIDADO: el día 26 de mayo recibí una carta RECHAZANDO mi solicitud de apostasía porque faltaba que yo confirmara EN PERSONA ante el delegado del obispo mi intención de apostatar. En dicha carta figuraba un teléfono al que llamar para solicitar cita si aún tenía intenciones de abandonar la fe católica, así que llamé en cuanto leí la carta, y solicité cita. En la carta misma ponía cuándo atendía el delegado para esas cuestiones, que era los viernes de 11:30 a 14:00. Al caer en jueves, de un día para otro no podían darme cita, así que me la dieron para el viernes próximo, día 3 de junio, a su primera hora, las 11:30. El hombre en cuestión apareció nada más dar la Catedral la media, y me pidió que esperase en la escalera que daba a su despacho porque tenía que coger mi expediente (que era una carpeta con la documentación que aporté, más dos copias de la declaración de abandono de la fe). Aunque en el formulario yo estipulaba que era consciente de las consecuencias (no poder recibir sacramentos, no poder ser madrina, no poder casarme por la iglesia, etc), parece ser que no se lo ha leído, porque el delegado me lo ha vuelto a explicar todo punto por punto. Por lo que me ha explicado, ese paso NO SE PUEDE SALTAR, pues es para dejar claro que lo he entendido, incluso aunque ya haya dejado escrito que lo sé. Debo reconocer que, dentro de lo que cabe, el delegado ha sido amable, aunque (esto ya es opinión personal) he notado su sonrisa amable un tanto extraña, “hueca”, por así decirlo. Me ha dicho que entendía que en la época que yo nací lo suyo era bautizar a los bebés sin ellos saber nada, que seguramente había visto que eso no era para mí, y que como la vida daba vueltas, que ellos aun así estarían ahí si los necesitaba, y más cosas que me han hecho pensar que lo tenía casi más claro él que yo. De todas formas, yo me he limitado a asentir educadamente conforme me lo explicaba. Después, ha sacado dos copias de la “Declaración formal de abandono de la fe católica”; ambos las hemos firmado, y ha intentado entablar conversación de forma educada preguntándome a qué me dedicaba. He respondido amablemente a su pregunta, pero me parece que ha creído que no podría sacarme una conversación o algo, o igual era prisa, no sé, pero me ha despedido educadamente tras responder. Yo le he dado las gracias, le he deseado un buen día, me he guardado la declaración y me he marchado. Me ha dicho que cuando ellos pasen la nota de mi apostasía a mi iglesia y ellos lo anoten junto a mi partida de bautismo, recibiré UNA NUEVA CARTA alertándome de este hecho, y que incluso si así lo quiero, siempre puedo pedir que me muestren (una vez ya formalizado el cambio, claro) el nuevo registro para comprobar que mi último dato añadido será que apostaté (conociendo a “mi párroco”, dudo mucho que lo haga gratis, así que me fiaré de su palabra). Dentro de la carta de rechazo y esconderme la necesidad de pedir cita para confirmar mi intención en persona (porque así me lo ha dicho el delegado del obispo, es un paso OBLIGATORIO ya que quieren que sea una “despedida humana, cara a cara, sin la frialdad de una simple carta”), debo reconocer que con la guía de la web ha sido todo bastante rápido, y que no me hayan dado charlas ni puesto trabas, sobre todo el delegado, ha sido de agradecer. Yo aconsejaría pedir cita AL MOMENTO, no os hagáis los despistados, a ellos no les va a nacer daros todos los pasos, y seguramente perdáis algo de tiempo. Eso sí, si pedís cita, sabiendo que yo el 10 hice la petición y me llegó la carta de rechazo el 26, os diría que la cojáis con al menos dos semanas, no creo que lo gestionen antes.

Un pensamiento en “Diócesis de Cartagena

  1. HOla, Me llamo Antonio y tengo 51 años. llevo en la cabeza durante años la idea de apostatar. No voy a exponer aquí mis razones, pero básicamente son las mismas que se entreven en los testimonios que he leído. Desde los mas antiguos crímenes contra la humanidad, inquisición, descubrimiento de América, hasta la alianza con el poder en la dictadura llegamos a un presente exento del AMOR que según cuentan predicó Jesús. En todas esas épocas y hoy mismo ellos los hubiesen vuelto a crucificar. HOy nos encontramos el famoso «hazte oír» y la pederastia a la orden del dia. por no hablar de la cantidad de curas gays clandestinos (doy fe) que condenan lo que ellos mismos realizan. Dejo la IGLESIA CATOLICA. Al final me desahogué. jajaja. gracias por leer esto a quien lo haga y hagámonos oír también los hombres y mujeres de buena voluntad y alma grande, sea cual sea nuestra condición.

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